El local de EHNE deli gourmet tenía un frente ciego. El objetivo fue tener una mejor visibilidad del local y generar una mejor relación entre el interior de la tienda y el exterior.
Debido a diversas restricciones para intervenir el cerco perimétrico, se decidió hacer como si hubiese una apertura en el muro. Con ese escenario, se planteó un mural que ayude a entender lo que pasaba en el interior del local. El mural se registra desde todos los ángulos de la calle, tanto a nivel peatonal como vehicular. Acompaña y da vida al barrio en las noches. Incluso se refleja en los cristales del edificio del frente, dándole siempre presencia al local.
El mes siguiente de terminado de pintarse el mural, el flujo de visitantes de EHNE aumentó en un 150% y sus ventas en un 20%.