Hasta hoy, vivíamos en un mundo que pensábamos que conocíamos. En donde los espacios claramente podían diferenciarse entre FÍSICO / REAL y VIRTUAL.
Sin embargo, desde hace ya más de 30 años, gracias al internet y el avance en las telecomunicaciones, estos límites se han ido desvaneciendo y hemos empezado a vivir en nuevas formas de espacio.
El mundo que entendíamos a través de nuestros sentidos clásicos (vista + oído + tacto + gusto + olfato + equilibriocepción + propiocepción) está cada vez más influenciado por uno adicional: la percepción extrasensorial, aquella que nos permite sentir más allá de lo que conocemos y se registra en nuestra memoria. Lo que llamamos METAESPACIO.
Sin embargo, hemos dado un paso más allá y quizás no nos habíamos dado cuenta. Hemos condicionado nuestro entorno de manera que ya no solo vivimos en una realidad con las cuatro dimensiones clásicas (anchura + longitud + altura / profundidad + tiempo) sino que hemos empezado a interactuar en una quinta dimensión: la regida por los campos electromagnéticos. Este entorno en el que estamos viviendo es al que llamamos HIPERESPACIO.
En este nuevo (NO)LUGAR, las relaciones sociales ya no son enfocadas solo a la percepción libre hacia la persona.
Ya no solo nos limita a la preocupación de cómo queremos y dejamos que los demás nos vean; sino que, al incluir su entorno, ha mutado a permitir una percepción más integral del ser humano.
Es el espacio en donde se pierde la diferenciación entre las dinámicas de lo público y privado, y en donde esta PERCEPCIÓN CONTROLADA se enfoca en “LO QUE PERMITO que vean y perciban de mi privacidad y de mí como persona”.
Esta nueva forma de VISITAR E INTERACTUAR con las personas a través de las telecomunicaciones, en donde las pantallas empiezan a ser el único filtro entre los distintos espacios, permite realizar diversas actividades (antes aparentemente incompatibles) en simultaneo: estar pendiente de lo que sucede en la oficina mientras corremos por la playa / participar de una conference call mientras regamos las plantas del hogar y cuidamos de nuestra mascota / estar en una reunión de trabajo mientras manejamos un vehículo y renegamos por el tráfico / participar de una fiesta, o jugar videojuegos con alguien, a medio mundo de distancia desde la sala de nuestra casa / etc.
Hemos terminado de difuminar los (NO)LÍMITES espaciales físicos y de lo público/privado. A través del ciberespacio y los invisibles (pero medibles) campos electromagnéticos, hemos logrado poder estar presentes en más de un lugar a la vez, sin importar la hora ni el tiempo. Hemos “hackeado” al sistema y empezado a vivir en el HIPERESPACIO.
Sin embargo, desde hace ya más de 30 años, gracias al internet y el avance en las telecomunicaciones, estos límites se han ido desvaneciendo y hemos empezado a vivir en nuevas formas de espacio.
El mundo que entendíamos a través de nuestros sentidos clásicos (vista + oído + tacto + gusto + olfato + equilibriocepción + propiocepción) está cada vez más influenciado por uno adicional: la percepción extrasensorial, aquella que nos permite sentir más allá de lo que conocemos y se registra en nuestra memoria. Lo que llamamos METAESPACIO.
Sin embargo, hemos dado un paso más allá y quizás no nos habíamos dado cuenta. Hemos condicionado nuestro entorno de manera que ya no solo vivimos en una realidad con las cuatro dimensiones clásicas (anchura + longitud + altura / profundidad + tiempo) sino que hemos empezado a interactuar en una quinta dimensión: la regida por los campos electromagnéticos. Este entorno en el que estamos viviendo es al que llamamos HIPERESPACIO.
En este nuevo (NO)LUGAR, las relaciones sociales ya no son enfocadas solo a la percepción libre hacia la persona.
Ya no solo nos limita a la preocupación de cómo queremos y dejamos que los demás nos vean; sino que, al incluir su entorno, ha mutado a permitir una percepción más integral del ser humano.
Es el espacio en donde se pierde la diferenciación entre las dinámicas de lo público y privado, y en donde esta PERCEPCIÓN CONTROLADA se enfoca en “LO QUE PERMITO que vean y perciban de mi privacidad y de mí como persona”.
Esta nueva forma de VISITAR E INTERACTUAR con las personas a través de las telecomunicaciones, en donde las pantallas empiezan a ser el único filtro entre los distintos espacios, permite realizar diversas actividades (antes aparentemente incompatibles) en simultaneo: estar pendiente de lo que sucede en la oficina mientras corremos por la playa / participar de una conference call mientras regamos las plantas del hogar y cuidamos de nuestra mascota / estar en una reunión de trabajo mientras manejamos un vehículo y renegamos por el tráfico / participar de una fiesta, o jugar videojuegos con alguien, a medio mundo de distancia desde la sala de nuestra casa / etc.
Hemos terminado de difuminar los (NO)LÍMITES espaciales físicos y de lo público/privado. A través del ciberespacio y los invisibles (pero medibles) campos electromagnéticos, hemos logrado poder estar presentes en más de un lugar a la vez, sin importar la hora ni el tiempo. Hemos “hackeado” al sistema y empezado a vivir en el HIPERESPACIO.
NSR
Tipo:
Imaginarios
Año:
2020
Estado:
Conceptual
Equipo:
Milagros Aguilar Plaza, Mariano Quiroga Robles